En un ambiente carente de revistas
culturales y en el que los medios de comunicación digitales o impresos adolecen
de análisis sobre las ideas detrás de las acciones del sector público, es de
gran importancia que Raúl Cota Álvarez haya abierto una discusión sobre la
política cultural del gobierno del estado. La cultura es un asunto importante.
Desarrolla pueblos.
Hay que reconocer que su texto
“Lunas de Octubre: Renovarse o morir” llama la atención sobre aspectos
fundamentales para el desarrollo cultural de los sudcalifornianos, y expone una
justa demanda para la rendición de cuentas sobre el destino de los recursos
públicos en el sector cultural.
Esperamos que haya más textos
similares para enriquecer este debate. Aquí deseamos exponer nuestros puntos de
vista sobre los mismos aspectos, pues nos consideramos obligados de aportar lo
que sabemos en la experiencia de un servicio público de cuatro años.
Es evidente, para nosotros, que del
funcionamiento del Estado y del uso de la riqueza pública muchos colegas
escritores conocen de manera particular sólo el de “las instituciones
culturales”, de las cuales en los últimos años parece que sólo existiera el
Instituto Sudcaliforniano de Cultura.
De las numerosas instituciones
culturales del pueblo sudcaliforniano éste es el único que lleva la palabra
“cultura” en su razón social y de ahí parece surgir la confusión. Lo cierto es
que todo el sector educación y desarrollo social, así como los organismos
descentralizados de atención a la mujer, juventud e inclusión para las personas
con discapacidad realizan acciones basados en políticas culturales. ¿Acaso las
campañas de prevención del sector salud no son culturales?
Nosotros expusimos un plan de desarrollo cultural para el estado de Baja California Sur y el primer
pensamiento de muchos es natural que sea: “Está buscando el empleo de director del Instituto
Sudcaliforniano de Cultura”, porque en el contexto en que emitimos nuestra idea
hay una falta grave de credibilidad en los funcionarios de los tres niveles de
gobierno y en todo lo que huela a “político” en su acepción popular. Por ello
nosotros no vemos este artículo de Raúl Cota como una solicitud de empleo: hay que
hablar de estos temas para que exista información pública precisa y
participación colectiva constante para construir un mejor presente.
Aprovecharemos su secuencia de
ideas para exponer las nuestras. Hemos comprendido su texto en tres partes,
pero abordaremos sólo las dos últimas. Su relación con Edmundo Lizardi no
nos interesa.
La que corresponde a la realización
del XII Encuentro Literario Lunas de Octubre, del 15 al 17 de octubre, en el
Centro Cultural La Paz, es la segunda. Con gusto la responderemos punto por
punto y brevemente.
Dado que comienza expresando su
aprecio por el trabajo de la Coordinación de Fomento Editorial del Instituto
Sudcaliforniano de Cultura, para luego demeritar ese mismo trabajo, creemos que
ha tenido poco acceso a información de primera mano. Asistió al encuentro y
participó cortésmente como ponente y presentador. Es una lástima que no lo
disfrutara de manera plena. Es evidente también que desconoce cómo se
administran los recursos públicos y solicita actos de magia en lugar de planes
de trabajo. De eso hablaremos en otra parte. Ahora lo de las Lunas:
1. Aunque surgieron como
iniciativas ciudadanas, desde el año 2012 el Encuentro Literario Lunas de
Octubre y el Encuentro de Escritores Sudcalifornianos han sido organizados y
realizados por la Coordinación de Fomento Editorial. La participación de sus
fundadores ha sido consultiva, honoraria y pertinente.
2. El encuentro se ha realizado en
el mismo lugar desde 2012: el Centro Cultural La Paz. Este recinto, antiguo
palacio municipal, es el más antiguo edificio de uso público de la ciudad y se
encuentra a unos pasos del hotel sede. Los participantes pueden disfrutar el
centro histórico de la ciudad, pasear por el malecón y movilizarse por sus
propios medios a la sede del evento. El edificio, fundado en 1910, nunca ha
tenido la infraestructura necesaria para discapacitados motrices (¿qué recinto
público estatal la tiene?, avísenos cuál, por favor). Pero cuenta con un
personal muy responsable que ayuda a cualquier persona que lo necesite a subir
al segundo piso. Los organizadores no marginamos a “quienes usan silla de
ruedas y a quienes tienen otras limitaciones para acceder a estos espacios”.
3. Cuando Raúl Cota describe un
“diseño de convocatoria, carteles y toda la promoción y difusión de muy baja
calidad, plagado de clichés e imágenes facilistas, mostrando un desgano en la
elaboración de la primera cara del encuentro” sólo podemos creer que lo hace
para llamar la atención general sobre lo que describe, pues hablar de esto es
confundir la estética con la estática. Un chiste como el de Marsias. En
realidad el diseño fue elogiado por asistentes y ponentes, todos los carteles
(hechos en serigrafía) fueron despegados a la última hora para conservarse como
recuerdo, igual que la bolsa y la libreta conmemorativa. Las “imágenes
facilistas” tuvieron un efecto notable: tres niñas se integraron como público
durante los tres días. La lona con la imagen a la entrada del recinto las hizo
pedir a sus padres que las llevaran al encuentro.
4. El XII Encuentro Lunas de
Octubre tuvo 90 participantes como ponentes, 45 foráneos. La convocatoria
estuvo abierta dos semanas. El programa fue estructurado para dar quince
minutos a cada participante. Se avisó de ello desde la convocatoria. Por
supuesto, quienes sólo tienen el plan de acudir a dar su ponencia o lectura e
irse resienten mucho los retrasos en el programa. Pero el sentido de un
encuentro literario no es ir a leer quince minutos y largarse. Eso se llama
egocentrismo, falta de cortesía o timidez. Las virtudes de un encuentro
literario como Lunas de Octubre o el de Escritores Sudcalifornianos tienen
mucho qué ver con las relaciones que suceden fuera de las mesas de ponencias.
Eso quizá sólo puede comprenderse acudiendo a más encuentros literarios y quedándose
más tiempo en ellos.
5. Dice que “la difusión del evento
casi no existió fuera de las redes sociales”. Es el problema de nuestro tiempo,
¿cómo creerle que estuvo al pendiente de todos los medios? El encuentro tuvo
una conferencia de prensa previa, entrevistas en televisión y radio, y
carteles. Por supuesto, dado que somos un área muy pequeña de un
instituto pequeño dentro de un aparato público estatal muy grande, el acceso a
los medios de comunicación privados o públicos es muy breve o casi nulo.
6. Dice que “no hay interés en que
el resto de la sociedad se entere y participe”: no estaríamos trabajando donde
estamos si así fuera. Aquí hay servidores públicos, no vegetantes. Además de
los ponentes (90) hubo una numerosísima asistencia. Mañana y tarde de los tres
días fue difícil encontrar asiento como espectador. ¿Cómo no va a haber
funcionado la difusión y promoción del evento? ¿Cómo es que llegaron y se
quedaron todas esas personas?
7. Para terminar Cota Álvarez emite
un juicio de valor sobre la importancia del evento: “Ha sido agradable tener a
escritores del municipio de Los Cabos y del interior del país, escuchar su
trabajo y compartir puntos de vista. Pero ¿es necesario gastar en un evento
así?, ¿se justifica el destino del recurso a un encuentro de elogios mutuos,
sin propuestas, sin diálogo con el público?” De haber revisado el programa
impreso habría visto que no sólo vinieron escritores de Cabo San Lucas y San
José del Cabo, también de Todos Santos y Constitución. Del país llegaron de
Yucatán, Veracruz, Coahuila, Chihuahua, Sonora, Baja California Norte, Sinaloa
y el Distrito Federal. También de Estados Unidos y España. La logística para
esto es muy difícil y hay errores normales pues aquí hay seres humanos, no
máquinas. Nuevamente, si hubiera permanecido y disfrutado el encuentro habría
percibido las muchas ocasiones en que hubo diálogo de los ponentes con el
público, cuando no en la participación ante el micrófono, sí en los momentos
posteriores.
8. Todo lo que se realice con
dinero público puede ser un gasto a fondo perdido o una inversión que genere
resultados. La Coordinación de Fomento Editorial del ISC trabaja sobre tesis
probadas de fomento a la lectura del libro sudcaliforniano. Lunas de Octubre y
el Encuentro de Escritores Sudcalifornianos forman parte de un programa anual
de estímulo a la formación de lectores, la promoción de escritores
sudcalifornianos y la valoración del libro y la lectura. Durante la primera
parte del año se realiza la Semana del Libro Sudcaliforniano (abril, por el Día
Internacional del Libro) y el Encuentro de Escritores Sudcalifornianos (junio,
porque es cuando llega regularmente el subsidio federal). En la segunda parte
del año están las Lunas de Octubre y la Feria del Libro de La Paz (noviembre,
por el Día Nacional del Libro). El propósito de tantos eventos es la promoción
pública estatal permanente del libro y la lectura, en especial de los libros de
temas o autores sudcalifornianos. Pensamos en los lectores, no en vacas
sagradas.
9. En “las Lunas” los escritores
sudcalifornianos pueden conocer a sus pares o colegas de otros estados o
países, y recibir invitaciones o darse a conocer fuera del estado gracias a
ellos. Diversos invitados a Lunas de Octubre viajan a otras ciudades del estado
de manera previa o posterior al encuentro para atender pláticas, conferencias,
presentaciones de libros o talleres. En La Paz acuden a otras instituciones
para conversar con estudiantes o públicos específicos, especialmente en
situación vulnerable. No hay eventos similares en el país (con excepción de El
Asedio de los Signos, de Sonora) en los que los participantes vayan y platiquen
ante públicos escolares o específicos como algo adicional a sus ponencias.
Nosotros internamente le llamamos “el factor La Paz”, con el que logramos
convencer (o seducir) a invitados especiales, primero, a venir y, segundo, a
compartirse con los sudcalifornianos. Esta utilidad es cualitativa, no
cuantitativa, aunque tenemos indicadores de estos últimos: aumento constante en
la participación en todas las actividades de la Coordinación de Fomento
Editorial del ISC y un aumento progresivo en la compra de libros
sudcalifornianos. Por supuesto que hace falta mucho. Para empezar recursos:
humanos, materiales y financieros. Sería bueno que nos enseñara dónde cree que están.
Ideas sobran.
Finalmente, para esta parte, su
intención de “reunir a creadores de todos los municipios todos los años frente
al público, no frente al espejo” como ilusión prometeica es una imagen noble y
generosa, pero es necesario que la explique con mayor amplitud. Implica que hay
unos creadores y un público.
Ahora, por ejemplo, estamos frente
al público. Pero, ¿dónde están los “creadores”?
2 comentarios:
"Nuevamente, si hubiera permanecido y disfrutado el encuentro habría percibido las muchas ocasiones en que hubo diálogo de los ponentes con el público, cuando no en la participación ante el micrófono, sí en los momentos posteriores."
Me quedo con esto, asistí a gran parte del evento y es cierto, uno no puede juzgar ningún evento ni crearse opiniones precipitadas si no conoce de primera mano el mismo.
Una clarísima disertación sobre la relevancia de un encuentro literario tan noble, completo y que permite un maratónico intercambio de ideas con autores del interior en la península. Amé su llamado "efecto La Paz", y creo en él, no podemos desentrañar la memoria del mar cuando evocamos las lecturas presenciadas en tan lindo edificio.
Las Lunas no son de una persona o de un Instituto, las Lunas no mueren, tampoco son espejo, las Lunas son el medio de la Literatura para darnos un solaz, es un oasis en el desierto de incertidumbre de nuestro país.
Las Lunas fueron, como siempre, desde 2010 que asisto, un éxito.
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